Por fin en casa otra vez tras una larga noche de despedida. Por fin llego la hora en la que Fredin le toco disfrutar de su ultima fiesta gorda como soltero de oro, antes de que en un par de semanas (el dia de San Agustin) pase por la vicaría junto a Sandra.
La fiesta tuvo lugar en el pueblo gallego de Rivadeo y, aunque con alguna marca de guerra como mi quemadura en la cara, la noche se desarrollo con la normalidad de cualquier evento de esta indole. Sin alejarnos de las tradiciones (disfrazar al novio [de torero], ir de cena, de striptease, y de borrachera), la despedida fue muy entretenida dado que comenzo en una piscina con litronas de cerveza seguido por la primera parte del partido Ponferradina-Sporting con sus consiguientes cacharros para ir entrando en calor, para culminar con el paseo hasta el restaurante (con sus debidas paradas intermedias para repostar) y resto.
Por mi parte, a partir de ahi empieza a estar la cosa más difusa, (por casualidad o no, el tiempo transcurrido, el número de cacharros bebidos y la perdida de memoria a corto plazo, son directamente proporcionales) llegando al punto de tener que utilizar la tecnica ninja de la bomba de humo para poder huir y dormir un poco antes de volver a cojer el coche de vuelta (el viaje de vuelta se volvio un infierno personal).
En cuanto a los premios de la noche, solo decir que en ningun momento tuve posibilidades reales de optar por el MVP ya que hubo gente mucho más enfilada que yo (pero mucho más).
Para resumir brebemente, una despedida muy guapa a la que solo se le puede poner como pega la poca afluencia de gente por diversos motivos (pero los que estabamos nos apañamos mas que bien, jejeje)
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